
El brutal encarecimiento de la vivienda en España tiene un claro ganador: el bolsillo de las Comunidades Autónomas
Como medio mundo, España atraviesa una profunda crisis de vivienda en la que solo hay un grupo escapando de su trampa mortal, los herederos. En solo cinco años, el precio medio del metro cuadrado se ha disparado más de un 40% según datos de Idealista, y con ello está creciendo a un ritmo frenético la recaudación de quien recibe un porcentaje de cada compraventa de segunda mano.
Las grandes ganadoras. Las comunidades autónomas tienen cedido dos impuestos clave en lo que respecta a la compraventa de vivienda de segunda mano. Son el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales (ITP) y el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (AJD). El primero es el más grande, y las comunidades lo establecen entre el 6% y el 11% (salvo Baleares, que llega a un 13%).
En una España en la que de media se venden 40.000 viviendas al mes, El Confidencial detalla cómo la recaudación de las autonomías se está disparando en los primeros cinco meses del año: ingresan un 25% más este año que en mismo período de 2024.
También se explica con un crecimiento del 20% de las compraventas en ese mismo plazo. En números absolutos, son 300.000 operaciones, la cifra más alta desde una fecha señalada: 2007, el pico de la burbuja.
Ingresos a varias velocidades. El problema del acceso a una vivienda es desigual a lo largo de la geografía española. También lo es el número de compraventas y, por tanto, la recaudación de las autonomías. Madrid y Cataluña se llevan algo más del 40% de la recaudación nacional, pese a contar con el 30% de la población.
En ambas comunidades, ITP y AJD suman un 9,5% de los ingresos totales. En Baleares, esa cifra se dispara a un 22%, más del doble de la media. No es casualidad que estas tres comunidades tengan a sus capitales en el top del ranking de la tasa de esfuerzo. La que más crece desde el año pasado es La Rioja, con un 425%, dato que se explica por una pobre cifra en 2024. Le siguen Murcia, Asturias, Canarias y Cantabria.
El problema del ITP. El ITP, es, en general, un impuesto que por defecto no se fracciona en el momento de la compra. Es decir, hay que pagarlo a tocateja, y a menudo supone una cantidad enorme con la que no se contaba, tras haber tenido que aportar un 20% del valor de la vivienda para acceder a una hipoteca.
El fraccionamiento tiene requisitos que dependen de la comunidad autónoma (así como las reducciones), y no se aprueba por defecto, sino que los compradores quedan a expensar de lo que decida la administración según las cifras y las características de cada compraventa.
Las ayudas acaban en el bolsillo de caseros y propietarios. Para un 60% de las compras de vivienda, que se hacen sin hipoteca, realizadas por fondos de inversión o personas adineradas, el ITP puede no ser un problema, pero tiene un gran efecto en las cifras a las que tienen que aspirar a ahorrar las personas jóvenes, que son los grandes perdedores de la crisis, y que a menudo siguen dependiendo de ayuda familiar, con datos devastadores para España.
De momento, las ayudas planteadas a alquiler y compra solo tienen dos ganadores: caseros y propietarios que inflan aún más los precios. Las comunidades autónomas se suben a ese carro de ingresos mientras los tipos nominales se mantengan fijos en plena escalada de precios. Solo hay un camino rápido para conseguir vivienda gratis en España: ser médico y querer trabajar en Pinto.
Imagen | Unsplash (Joemi Brazier)
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El brutal encarecimiento de la vivienda en España tiene un claro ganador: el bolsillo de las Comunidades Autónomas
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Xataka
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Antonio Sabán
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